Legisladores de la oposición pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador que no imponga a Claudia Sheinbaum los tiempos y formas de la reforma al Poder Judicial.
Demandaron que acepte el inminente fin de su sexenio, mientras que a ella la conminaron a mantener su independencia, porque de por medio está la economía del país.
Reforma publicó que Sheinbaum dijo que todavía no estaba definido el proceso para discutir la reforma judicial, pero el presidente López Obrador señaló que en septiembre, en el último mes de su sexenio, se aprobará la iniciativa que envió a Cámara de Diputados en febrero pasado.
El senador del PAN Damián Zepeda señaló que López Obrador le debe más respeto a Sheinbaum antes de dictar la agenda.
«Me parece que el presidente debe respetar a la presidenta electa», manifestó.
Consideró que Sheinbaum ha entendido mejor el mensaje de los mercados sobre el temor a reformas dañinas y por eso dijo que no había nada claro, pero el presidente parece quererse imponer a todo.
«Me parece que muestra cómo será la relación del presidente saliente con la entrante, dice mucho que no quiere intervenir pero en la primera oportunidad invade el terreno político, López Obrador debería entender que su ciclo está ya terminando y debe dejar que inicie una nueva etapa en México», señaló Zepeda.
El senador pugnó porque la presidenta electa no se deje imponer herencias y que no permita una reforma que es dañina para México.
Agregó que sí es necesaria una reforma al Poder Judicial y podría generarse un consenso con otras fuerzas políticas.
«Pero la reforma propuesta es simplemente buscar debilitar al Poder Judicial, imponiendo perfiles a modo de jueces, magistrados y ministros.
«Tendría que ser otra reforma, una consensuada con todas las fuerzas políticas, pero sobretodo con el propio Poder Judicial y con la comunidad de abogados del país. Una reforma enfocada a fortalecer al Poder Judicial, no debilitarlo con sacar a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial e invadirlo con perfiles subordinados a Morena», sostuvo.
La diputada del PAN Mariana Gómez del Campo destacó que en este momento Claudia Sheinbaum debe mostrar su autonomía.
«Esperamos que tenga autonomía la presidenta electa, que no se deje manipular, mangonear por el presidente de la República.
«A él ya le tocó gobernar, ahora le toca a ella. Y que demuestre que tiene agenda propia y que su prioridad va a ser México y no la confrontación, que su prioridad va a ser la legalidad y respetar la división de poderes», dijo.
Recordó que a López Obrador le quedan unos meses y la gente que votó el 2 de junio la eligió a ella, no a él nuevamente.
Señaló que es riesgoso para el país que Morena entre en una situación de tensión por los mensajes contradictorios entre el presidente saliente y la presidenta electa.
«El señor se impuso durante seis años y todos se alinearon a sus deseos, aunque fuesen perjudiciales para México, y ahora espero que Sheinbaum traiga otra actitud, por lo que le conviene a México», dijo sobre el rechazo en los mercados financieros a la reforma judicial de López Obrador.
La senadora Kenia López también pidió que el tabasqueño muestre respeto a la presidenta electa para que ella tome sus decisiones sobre los temas que serán fundamentales en su administración.
«El proyecto de nación que Claudia Sheinbaum defina tendrá que ser de ella, con sus formas y su capacidad, lo que López Obrador hace, además de colapsar mercados, la economía del país y hacer que suba el precio del dólar, es demostrar una falta de respeto a la presienta electa.
«Esta falta de respeto tiene, incluso, tintes de machismo y misoginia, por no permitir que ella tome sus propias decisiones», consideró.
Opinó que López Obrador no quiere reconocer que ahora Sheinbaum tendría que dirigir su plan de gobierno luego de obtener una gran cantidad de votos.
«Él tiene que aceptar que su periodo va concluyendo, ha sido un gran coordinador de campaña, pero un pésimo administrador del país, entonces que no quiera marcar la agenda a quien será la primera presidenta del país, debe mostrarle más respeto».
El senador Emilio Álvarez Icaza mencionó que las posturas del Presidente generan una gran presión a la presidenta electa, porque ya manda señales de que no se va a ir a su rancho luego de entregar la banda presidencial.
Estimó que con la imposición de López Obrador para que se discuta la reforma judicial en septiembre, dejó ver que él está decidido a conducir el periodo de transición.
«Él no considera que su g¿Gobierno esté acabado. A diferencia de lo que pasó con Peña, él quiere conducir la transición», mencionó.
Lo segundo, dijo, es que está dispuesto a ser un obstáculo para Sheinbaum y que la estará vigilando.
Un tercer punto de alerta para Sheinbaum, añadió, es que al presidente no le importa la estabilidad económica.
«Le está diciendo a los mercados ‘no me importa’. Y pues claro, él no paga las consecuencias, las va a pagar el próximo Gobierno.
«Eso, por supuesto que es muy delicado, puede generar un desorden de las finanzas públicas, en la deuda y en las inversiones, lo que afecta en los trabajos de la gente.
«Él no va a pagar el plato roto, lo va a pagar el próximo Gobierno. Pero en su conjunto las tres señales son malas. Vamos a ver cómo logra Sheinbaum modular y moderar esto», dijo.
Llamó la atención que mientras Juan Ramón de la Fuente, jefe de la transición, trataba de calmar ánimos, el mismo día salieron los diputados Gerardo Fernández Noroña e Ignacio Mier a decir que la reforma judicial va en septiembre.
«Los morenistas van a tener una tensión muy fuerte entre la lealtad de López Obrador y la responsabilidad del nuevo Gobierno. Es una tensión que se ve venir desde un avión.
«La que está en un grave predicamento se llama Claudia Sheinbaum, que va a tener que ver cómo atiende sus responsabilidades con respecto a sus lealtades», puntualizó.